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La Batalla Aérea del Valle del Bekaa

Shomer | Publicado en 28/9/2019, 23:15 | 5602 Vistos

                            19-מבצע ערצב - Operación Grillo-19

Junio de 1982

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En uno de los más espectaculares e intensos combates aéreos desde la Segunda Guerra Mundial, los cielos del Líbano serían testigos de como el poder aéreo moderno daba una dramático salto hacia adelante cuando Israel lanza sobre las baterías de defensa aérea sirias una aplastante ofensiva; la primera realmente exitosa campaña SEAD (Suppression of Enemy Air Defenses) de una nación equipada con material occidental en contra de lo mas avanzado del arsenal soviético de la época. 

Antecedentes

En un intento de acabar con los ataques de la OLP sobre las comunidades civiles israelíes en el norte del país utilizando el territorio libanés, en junio de 1982, las fuerzas terrestres israelíes penetraron dentro de Líbano en un esfuerzo de poner fin a los ataques terroristas fronterizos. 

OLP = Organización pala la liberación de Palestina.

La Operación Paz para la Galilea, tal como Israel la denominaría, terminaría arrastrándola a un largo conflicto con el Líbano, que tras 18 años de enfrentamientos (contando hasta los acuerdos de alto el fuego del 2000), solo le produciría a Israel mixtos resultados, tanto a favor como en contra, y con consecuencias que aun percibimos dramáticamente hasta hoy en día. 



Sin embargo, la fase inicial de esa operación incluyó momentos espectaculares, como aquellos en los que la Fuerza Aérea de Israel logra destruir en dos horas 29 de las 30 baterías de misiles superficie-aire sirias sin pérdidas propias, derribando a lo largo de ese día entre 82 y 86 aviones y helicópteros de ese país. 

Con un gran uso de inteligencia en tiempo real, y una cuidadosa explotación de las debilidades del adversario, la HHA (Heyl Ha'Avir Ha'Israeli), en español -Fuerza del Aire de Israel-, asestó a las modernas defensas aéreas sirias desplegadas en el Libano la mas aplastante victoria del poder aéreo de una nación sobre las defensas aéreas de su enemigo, en este caso basadas en el uso masivo de baterías misilísticas (SAMs). 

Tan sorprendente fue el éxito de la HHA en la guerra aérea sobre el Valle del Bekaa, que desde entonces se ha destacado como un punto histórico de inflexión en el mortal duelo entre cazas por un lado y SAMs por el otro. Pero los éxitos israelíes sobre el Bekaa no fueron resultado de acciones circunstanciales sino de un largo proceso de planificación, y un muy intenso entrenamiento de años.

Una fuerza aérea como la israelí, relativamente pequeña pero de élite, había logrado un dominio total de los cielos de Oriente Medio durante la Guerra de los Seis Días en junio de 1967, imponiéndose sobre todos sus vecinos tras uno de los ataques sorpresa mas exitosos de todos los tiempos, un verdadero Blitzkrieg aéreo, durante el cual, volando en muy pocos días mas de 3.300 misiones de combate, la HHA logra destruir casi en su totalidad a las fuerzas aéreas de Egipto, Jordania y Siria. 

Las tres naciones árabes, en conjunto, perdieron alrededor de 400 aviones, y a partir de ese golpe de mano, los ejércitos de esos tres países, ya sin dominio aéreo, fueron rápidamente derrotados en tierra en la Península del Sinaí, en los Altos del Golán, y en Judea y Samaria (Cisjordania). 

Sin embargo, las naciones árabes habían aprendido la lección, y tras la guerra del 67, ya ampliamente repuestos con los mejores sistemas de combate del arsenal de la URSS, y entrenados intensamente por asesores soviéticos y de otros países del Pacto de Varsovia, lograron durante la Guerra de Desgaste enfrentar audazmente el dominio de la HHA en el aire; un conflicto que comenzó oficialmente en marzo de 1969 y terminó a mediados de 1970. 



IAI Kfir C2



La campaña de Egipto en los años 70s. para hostigar a las fuerzas israelíes en el Sinaí y disputarle el control del aire, fue respaldada por una infusión masiva de armas soviéticas, incluyendo los mas modernos aviones y sistemas de defensa aérea misilísticas de esa época; y como resultado de ello, la HHA fue la primera fuerza aérea del mundo en tener que lidiar intensamente con el despliegue escalonado de los SAMs soviéticos en conjunción con un amplio despliegue de cazas de combate destinados a protegerlos.

SAM = Surface-to-air Missile

Durante estos años, las incursiones de la HHA habían tenido algunos éxitos y destruido varias baterías SAMs egipcias, pero estas acciones esporádicas no habían sido suficientes para retener la tan necesaria superioridad aérea que Israel necesitaba para ejercer una disuasión efectiva sobre sus enemigos; peor aún, los SAMs le estaban cobrando un alto costo en material y hombres, a una fuerza aérea como la israelí, que no los disponía en abundancia. 



F-4E Phantom II (denominado Kurnass en Israel)


Un reconocido historiador de estos eventos, el Air Vice Marshal de la RAF, Tony Mason, observó, "Durante el apogeo de la Guerra de Desgaste, los machacados escuadrones israelíes (por las operaciones contra los SAMs) cambiaron su record de proporciones y habían pasado del 1/40 (un avión propio perdido por cada 40 enemigos destruidos) durante la Guerra de los Seis Días, al 2/4 (dos aviones propios perdidos por cada cuatro baterías SAM's destruidas), un costo muy difícil de asimilar para el pequeño Estado de Israel, muy limitado en recursos económicos.

Era demasiado evidente ya para Israel que los estados árabes estaban cambiando la forma de enfrentarse a la HHA, y habían optado por el uso masivo de SAMs en vez de intentar disputarte el dominio del cielo por medio de sus cazas, como lo habían intentado hacer sin éxito en 1967. 


La Guerra de Octubre de 1973



Cuando Egipto y Siria montan su ataque coordinado y sorpresivo contra Israel el 6 de octubre de 1973, la HHA se enfrenta a un entorno de defensa aérea formidable; de hecho, fue "más denso que aquel al que se enfrentaron las fuerzas aéreas de los Estados Unidos sobre Vietnam del Norte", según el informe de 1978 de la Air University: https://www.airuniversity.af.mil

Como consecuencia de esta imprevista situación estratégica, fue durante la misma Guerra de Yom Kipur que comenzaron a implementarse los cambios en las doctrinas israelíes de operaciones en contra de las defensas aéreas árabes, que culminarían en la fulminante victoria de 1982. 

Al momento de iniciarse las hostilidades, Egipto disponía de 20 sistemas móviles SA-6 Gainful (2К12 Куб), pero éstos estaban respaldados por 70 SA-2 Guideline (S-75 Dvina), 65 SA-3 Goa (S-125 Neva/Pechora), mas de 2.500 baterías artilleras antiaéreas (AAA), y hasta 3.000 manpads SA-7 9K32 Strela (lanzables desde el hombro), mientras que Siria desplegaba otras 34 baterías SAMs igualmente de varios tipos.

Los pilotos de la HHA tuvieron que pagar un alto precio para lograr recobrar la superioridad aérea, y debieron realizar frenéticos esfuerzos para lograr proporcionar el vital apoyo cercano (CAS) a las fuerzas terrestres israelíes asediadas en el este de la Península del Sinaí, y a todo lo largo del Canal de Suez.


SA-6 Gainful (2К12 Куб)


Durante los tres primeros días de la guerra, la HHA pierde unos 50 aviones durante el desarrollo de unas 1.220 salidas de combate; una tasa de pérdidas insostenible del cuatro por ciento que rivalizaba con la tasa de pérdida de las primeras ofensivas de bombarderos estadounidenses sobre Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. 

Con el pasar de los días, y a medida que la experiencia mejoraba las tácticas de enfrentamiento de Israel, las pérdidas diarias cayeron drásticamente, pero la realidad es que los SAMs y las piezas AAA ZSU-23-4 árabes lograron derribar un total de 53 de los 170 A-4 Skyhawks, y 33 de los 177 F-4 Phantoms de Israel antes del fin de esa guerra. En total, en los 18 días de combate, Israel llegaría a perder 109 aviones y helicópteros.




Si bien las perdidas de equipos entre las defensas aéreas egipcias y sirias fueron aun mas atroces, no hay dudas de que sus acciones hicieron realmente muy difícil para la HHA el proporcionar apoyo aéreo cercano de emergencia para las fuerzas de tierra israelíes, y dejaron una profunda marca entre los planificadores israelíes; marca que influiría notablemente en la planificación de las tácticas de guerra aérea de Israel en los años por venir; nuevas doctrinas que se implementaron y que eventualmente alcanzarían sus máximas en la forma en la que se desarrolló la ofensiva aérea sobre el Valle del Bekaa nueve años mas tarde.

Durante la guerra de 1973 la HHA había llevado a cabo operaciones aéreas de muy alto riesgo para ensayar diferentes alternativas para lidiar con los SAMs, y en última instancia Israel cosechó la recompensa. Durante la segunda semana de la guerra, el sostenimiento del apoyo aéreo ayudó a cambiar el rumbo de las batallas terrestres a favor de Israel durante la ofensiva del General Ariel Sharon al oeste del canal. 

Un ejemplo del poder de las defensas aéreas egipcias quedó patente el 14 de octubre, cuando sus mandos militares intentaron prescindir de la cobertura de sus SAMs y ordenaron a su fuerza aérea escalar sus operaciones mas allá de la franja de protección de sus baterías para poder darle cobertura a sus fuerzas terrestres de vanguardia, una decisión por la que pagaron un altísimo precio; solo ese día perdieron 28 aviones en manos de los cazas israelíes, que operando dentro de su espacio aéreo protegido, hicieron valer su superioridad en combate aéreo. 

Un General de División egipcio comentaría años mas tarde en una entrevista con el historiador británico Trevor N. Dupuy: "Cuando tratamos de salir más allá del paraguas de protección que nos brindaban nuestros SAMs, tuvimos pérdidas inaceptables de manos de la Fuerza Aérea Israelí" 

Al final de la Guerra de Octubre (o Guerra de Yom Kipur), Israel había logrado imponerse nuevamente, pero el costo de la misma había dejado muy claro a su dirigencia militar el hecho de que las tácticas de la HHA tendrían obligatoriamente que readaptarse a una nueva realidad sobre el terreno; una realidad en las que los SAMs pasaban a ser determinantes en los resultados de la guerra aérea. Incluso al final de la guerra, Israel aun estaba intentando lidiar con esta nueva realidad, e intentando encontrar soluciones al problema de los SAMs, y prueba de ello fue que el ultimo día de la guerra se perdiendo cinco Phantoms en una sola salida. 

Pérdidas devastadoras

Tas el fin de la guerra comenzaron los análisis y cuestionamientos internos, y a pesar de al final Israel había prevalecido nuevamente sobre el campo de batalla, el debate sobre la perdida de eficacia de su fuerza aérea causó efectos desbastadores en la moral de los israelíes. 

En palabras de un alto oficial de la fuerza aérea: "Al final de la guerra", dijo, "nos las arreglamos para lograr otra victoria, pero los líderes militares de Israel teníamos un mal presentimiento sobre el futuro, en especial por el hecho de que el F-4 Phantom y sus equipos de ECM no se habían mostrado suficientemente eficaces contra las baterías SAMs. 

Los cinturones de SAM's restringieron gravemente la capacidad de la HHA para impactar sobre los ejércitos enemigos, y eramos conscientes de que protegidos tras las baterías de defensa aérea enemigas se podrían albergar en un futuro baterías de misiles tierra-tierra como el SS-21 que serían capaces de alcanzar el territorio israelí sin que tuviésemos mucho con que responder a esa amenaza".

El período entre-guerras (1973-1982)

El 28 de mayo de 1980, misiles guiados de la HHA destruyen cerca de Sidón, Libano, dos carros blindados que transportaban baterías SA-9 operadas por tropas libias. Los medios israelíes se apresuraron a especular con que por fin se había encontrado una solución al problema de los SAMs, pero el Comandante de la HHA, David Ivry, dejó bien en claro a los medios que esa "opinión" era prematura y que la destrucción de los SA-9 libios en el Libano no era determinante, pues esos sistemas no eran tecnológicamente una muestra de los verdaderos desafíos a los que se enfrentaba Israel en lo relativos a los SAMs en manos enemigas.


9K31 Strela-1/SA-9 libio


Casi un año después, el 28 de abril de 1981, aparatos F-16A Netz del 117° Escuadrón basado en la Base Aérea de Ramat David en la Galilea, derriban dos helicópteros sirios sobre el Líbano y Siria responde desplegando su primera brigada de SAMs en el Valle del Bekaa.

Si bien las baterías SAMs desplegadas por Siria no eran en ese momento una amenaza estratégica directa para Israel, y de hecho ya había desde antes varias baterías SAMs sirias en el este del Líbano, el Primer Ministro Menahem Begin se enfrentaba ahora a un dilema; por un lado, el nuevo despliegue dañaba la credibilidad disuasoria de Israel, pero por otro lado, un intento de destruir este nuevo despliegue sirio podría conducir a un enfrentamiento directo innecesario con Siria.

Finalmente Begin aprueba un ataque que se lanzaría el 30 de abril, pero la operación fue cancelada debido a las condiciones climáticas. En ese momento varios mandos israelíes estaban preocupados por los preparativos para la Operación Opera en contra del reactor nuclear de Irak; una operación que se iba a ejecutar en contra de la voluntad de los EEUU, y que se sabía que podría tener graves consecuencias.

Mientras tanto, a los Estados Unidos les preocupaba que la reacción soviética a un ataque israelí contra las baterías sirias pudiera llevar a una crisis entre las superpotencias, y por tanto presiona a Begin para que no las atacara. Israel acuerda cancelar la operación, y a cambio un enviado estadounidense, Philip Habib es enviado a la región como mediador. Habib viaja entre Jerusalén y Damasco, pero no logra que los sirios den marcha atrás en su despliegue en el Libano. Aun así, Begin cancela la operación contra Siria para no inflamar más las ya tirantes relaciones con los EE.UU.

La Guerra del Valle del Bekaa

Tras la Guerra de Yom Kipur el papel del poder aéreo en las guerras del futuro había sido puesto en duda. La guerra dejó en Israel -por no hablar de en otras fuerzas aéreas occidentales- con el temor de que los cazas podrían ya no ser capaz de lograr la superioridad aérea contra una defensa aérea escalonada e integrada. Uno de ellos era el escéptico Ezer Weizman, un reconocido piloto y ex.comandante de la HHA, quien en un momento declaró a un medio de prensa: "El ala de la aviación de combate fue definitivamente rota por los SAM's." 

Era evidente que la capacidad de la fuerza aérea israelí para operar con eficacia en las futuras batallas aéreas iba a depender del éxito en la búsqueda de soluciones al problema de los SAM's, y a encontrar la forma de eliminarlos sistemática y rápidamente, tanto a los fijos como a los móviles.  La principal lección de 1973 era simple: "Había que encontrar una respuesta a las baterías SAM's".

Pasaron los años y Egipto e Israel firmaron la paz, pero el problema general de los SAM's no desapareció; en todo caso, se intensificó. En Abril de 1981, Siria comenzó a desplegar sus primeras brigadas SAM en el Valle de la Bekaa en el Líbano; la decisión se produjo en respuesta al derribo por parte de la HHA de dos helicópteros sirios que habían participado en ataques contra las milicias falangistas cristianas aliadas de Israel en el sur de Líbano. 

Uno de los mandos militares que venía alertando a la clase política israelí sobre el peligro de los movimientos de Siria en el Líbano era David Ivry, quien se había convertido en Jefe de la HHA. "Desde nuestro punto de vista", dijo, "con el movimiento de las brigadas de SAM's hacia el Valle de Bekaa se cruzaba una línea roja, pues amenazaba la superioridad aérea de Israel sobre su frontera con el Líbano. Los SAM's en el Valle de Bekaa limitan la capacidad de Israel para llevar a cabo reconocimientos o para proporcionar cobertura aérea a las operaciones en tierra". 

Sin embargo, el reloj seguía corriendo en la implementación de las fases finales de los Acuerdos de Paz de Camp David de 1978 y del Tratado de Paz Israelí-Egipcio de 1979 que llamaba a la retirada de las fuerzas de la península del Sinaí en 1982. La situación política era "muy delicada", y en palabras de Ivry, "aunque Israel estaba tentado a llevar a cabo un ataque en el Valle de Bekaa contra las brigadas SAM's sirias, la HHA tenía un reto aun más importante en mente: la destrucción del reactor nuclear de Osirak entonces en construcción en Iraq. Es así que el 7 de junio de 1981, en una operación que pasaría a la historia por su audacia, una escuadrilla de 14 cazas F-16 destruyen el reactor en las mismas afueras de Bagdad. 

Un año después, sin embargo, la eliminación de los sitios SAM's del Valle del Bekaa se convirtió en una urgente prioridad. Las fuerzas de la Organización para la Liberación de Palestina en el sur del Líbano habían iniciado un conflicto fronterizo que venia escalando mes a mes, haciendo un uso sistemático de artillería y cohetes en contra de las comunidades civiles israelíes en la Galilea. 

El Ministro de Defensa israelí, Ariel Sharon, obtuvo entonces del primer ministro Menachem Begin el apoyo a una operación en el Líbano para atacar a las fuerzas de la OLP allí instaladas. La "Operación Paz para la Galilea" tenía como objetivo conducir a las fuerzas de tierra israelíes al Líbano, manteniendo a raya a las fuerzas sirias, mientras las milicias cristianas libanesas expulsaban a la OLP del sur del país. 

Fue en este contexto que ya la primera semana de la operación culminaría con el enfrentamiento aéreo más importante de la década de los 80s. y uno de los más determinantes en la historia del poder aéreo militar. 

La caza comienza

El 6 de junio, las fuerzas terrestres israelíes comenzaron su avance en contra de las milicias de la OLP en el Líbano apoyándose en un amplio uso de aviones de combate y de helicópteros de ataque. Tzahal se movía  rápido, y empujaba hacia el norte en direcció a Jazzin, en donde la acción se detuvo. Las divisiones israelíes necesitaban apoyo aéreo continuo, pero la libertad de operación de la HHA iba disminuyendo a medida que sus aviones se ponían dentro del rango de los sitios SAM sirios desplegados en el Valle del Bekaa. 

Una de las preocupaciones mas apremiantes de la dirigencia política israelí era la de encontrar la forma de continuar las operaciones en el sur del Libano sin llegar a una escalada que implicara un estado de guerra total con Siria. 

Las baterías SAM desplegadas en el Bekaa no estaban "solas" sino ampliamente protegidas por el poder aéreo de Siria en el aire, y por sus fuerzas de acorazados e infantería en tierra.

"A veces teníamos en un momento dado más de 100 aviones en el aire volando en ese amenazante ambiente", comentaba Ivry. "Se trataba de una zona de saturación real acotada dentro de unos 1.500 kilómetros cuadrados de espacio aéreo, donde el mando y control de las operaciones fue de suma importancia si queríamos actuar con precision sin enfrentarnos en un conflicto generalizado con los sirios". 

La guerra

Los planes iniciales pretendían atacar específicamente a las catorce agrupaciones de SAM's dentro del valle, pero el martes 8 de junio, los UAVs (vehículos pilotados remotamente) israelíes habían descubierto otros cinco sitios SA-6 desplegados sobre el lado sirio de los Altos del Golán cubriendo una amplia franja de territorio que se extendía desde el Golan a todo lo largo de la frontera entre Libano y Siria, de forma de evitar así cualquier posibilidad de penetración israelí en el espacio aéreo de Siria mientras operaba sobre el Libano.



La forma como los sirios se habían desplegado indicaba que Assad no tenía ninguna intención de involucrarse en una guerra importante, caso contrario los SAMs se habrían posicionado para defender el corredor de aproximación a Damasco, en vez de haberlo hecho hacia el norte reforzando el Valle de la Bekaa. Este hecho indicó a los mandos militares israelíes que quizás podrían atacar los sitios SAM y eliminar las defensas sirias en el Líbano sin arrastrar a toda Siria a una guerra regional más amplia.

Las condiciones eran perfectas y los mandos cambian los planes en la mañana del miércoles 9 de junio tomándose ahora en cuenta las cinco baterías SAM recién descubiertas. El plan era lanzar el ataque ese mismo mediodía, pero el mismo tuvo que esperar a que el gabinete de Israel aprobara la incursión. Las deliberaciones del Gabinete terminaron poco después de las 10:00 de la mañana, se obtiene luz verde, y el ataque se inicia a las 14:00 de ese día. 

"Antes del ataque, había una gran cantidad de patrullas aéreas sirias en la frontera", y según palabras de David Ivry, "habíamos derribado ya varios MiGs y todo indicaba que los sirios evitaban los combates aéreos y solo se limitaban a proteger "sus zonas". 





"Zona de Fuego Libre"

Cuando Israel lanza su fuerza de ataque a las 14:00, los sirios ordenan a sus patrullas aéreas de combate a regresar a sus bases y tomar tierra. Los mandos israelíes sabían que la apresurada retirada de las patrullas aéreas sirias no era casual sino lo que pretendían los sirios era crear un espacio aéreo de fuego libre para sus SAM's de forma de tener libertad de disparar sobre todo lo que volara sin correr el riesgo de alcanzar a sus propios aviones.

Ya sin oposición en el aire, David Ivry dirigió a su aviación de ataque hacia los nidos de SAMs. Los aviones israelíes se enfrentaban a una combinación de SA-2s, SA-3s, y SA-6s. Un enorme reto para los planificadores israelíes sobre los que aun pesaban la traumáticas experiencias de los años 70s en el Sinai. La clave del éxito radicaba en explotar las debilidades en las tecnologías de los misiles soviéticos, y en especial en la doctrina de uso con que eran operados por los sirios. 

David Ivry recuerda en su libro: "El esfuerzo de inteligencia que hicimos en su momento fue enorme". Otras fuentes describen como antes de la guerra, aviones no tripulados israelíes probaron los radares y las frecuencias de comunicaciones de las baterías SAMs. En su libro -La Opción Sansón- de 1991, Seymour M. Hersh relata como las operaciones clandestinas en mayo de 1982 produjeron una gran cantidad de datos sobre las frecuencias de los SAM's y sobre las capacidades de cobertura de los radares sirios, que luego resultaron de vital utilidad para las operaciones de guerra electrónica de la HHA en el Valle de Bekaa. 

Atacar con éxito a las baterías SAMs sirias a plena luz del día requirió de un uso extremamente eficiente del C3I2 (Command, Control, Communications, Intelligence, and Interoperability), desarrollando ataques rápidos y sorpresivos que en el mismo inicio de la operación debían confundir al enemigo al punto de de paralizarlo e imposibilitarlo de implementar cualquier reacción con un mínimo de eficiencia.

El plan había sido muy bien ensayado. Las tripulaciones aéreas practicaron carreras de ataque contra sitios SAM ficticios en el desierto de Negev de Israel durante meses antes de la operación. La HHA realizó toda clase de simulacros de EW (guerra electrónica) destinados a bloquear los sensores enemigos, tanto los de sus aviones de aviones, como los de sus comunicaciones terrestres, de forma así de socavar el control centralizado de la defensa aérea siria. Parte de esa tarea se realizó mediante el uso de pods de contramedidas electrónicas transportados en los aparatos de la HHA.

Había que encontrar el camino para "bloquear" electrónicamente cuando era necesario hacerlo para proteger a los aviones propios, pero a su vez había que desbloquear en los momentos justos para "escuchar" y poder determinar así la situación táctica sobre el terreno y obtener información en tiempo real sobre los daños infligidos y la operatividad de la fuerza enemiga restante.

Por otra parte, Ivry tenía un control directo y efectivo sobre la evolución de las operaciones. El puesto de mando de la HHA recibía un cuadro de la situación en tiempo real de la batalla aérea a través de varios enlaces de datos. Ya sea desde los E-2C Hawkeye con sus radares de vigilancia aérea, desde los Boeing 707 de ELINT, o desde vuelos de reconocimiento de aviones especialmente dedicados a tomar fotografías, y muy especialmente mediante el novedoso uso de vídeos obtenidos de los UAVs (vehículos aéreos pilotados remotamente) que había desarrollado Israel en los años anteriores.


Grumman E-2C Hawkeye de la HHA, aviones determinantes en la victoria de Israel



Durante la ofensiva aérea en el Libano, los Hawkeye israelíes fueron puestos a orbitar a lo largo de la franja costera libanesa, entre Sidón y el sur de Beirut.


UAV Scout de Israel Aerospace Industries


UAV Mastiff de Tadiran de Israel Electronic Systems


Aunque los UAVs de esos años eran una novedad tecnológica demasiado reciente y tenían limitaciones durante las operaciones nocturnas, el escuadrón operativo disponible fue suficiente para que Ivry pudiera mantener al menos dos RPVs en el aire en forma permanente, proporcionando de esa forma información constante sobre la situación de las baterías SAM sirias. 

"Debíamos seguirlas constantemente, ya que algunas de sus baterías eran móviles", comenta Ivry. Y agregó, que desde la mañana "habíamos estado siguiéndolas a todas ellas, y esa información fue crucial para poder lanzar el ataque con éxito". 

La HHA también había  establecido comunicaciones de voz bidireccionales entre Ivry y cada uno de sus pilotos, y este comando en tiempo real, ese control directo y el alto despliegue de inteligencia, fueron algunos de los factores determinantes en el proceso de modernización de la guerra aérea que había logrado Israel en esos años previos a la campaña sobre el Libano.

Cuando se lanzó el ataque, 96 aviones F-15 Baz y F-16 Netz fueron destinados a proveer la cobertura de defensa aérea armados con misiles AIM-7F Sparrow y AIM-9L Sidewinder, mientras que los F-4 Phantom asumieron el papel principal en el ataque a las baterías SAM; pero el gran merito fue de los UAVs Scout y Mastiff, que fueron los primeros en ser lanzados en vanguardia con la misión de "encender" los radares de las SAM sirias para, a continuación, entraran los F-4s lanzando sus misiles AGM-78 y AGM-45 anti-radiación. Mientras tanto, el peso del apoyo aéreo cercano a las tropas israelíes que avanzaban sobre el Líbano quedaron en manos de los A-4 Skyhawk y de los IAI Kfir.

La oleada de UAVs de vanguardia fue casi exclusivamente compuesta por los Tadiran Mastiff, que una vez que detectaban a un radar sirio, trasmitían la data a otros Mastiffs que volaban retirados mas hacia el oeste, y que a su vez la retransmitían a los E-2 Hawkeye ubicados sobre la costa, y que eran los encargados de procesar la información que era vital para que los Phantoms operaran con la precisión necesaria.




Debido a que los F-4 Phantoms atacaron sobre lugares ya bien conocidos por la inteligencia israelí, el ataque se ejecutó con rapidez, minimizando la exposición de los aviones a la acción de los SAMs. Por otra parte, la alta velocidad de los misiles anti-radiación daba muy poco tiempo a los radares de los SAMs para lograr "apagarse" a tiempo, y mientras lo hacían, daban la posibilidad a los aviones de lograr alejarse a tiempo del área de "caza" enemiga para volver a sus bases, repostar, e iniciar una nueva ronda de ataques. Fue básicamente mediante esta metodología que las baterías antiaéreas sirias fueron "destruidas una tras otra", relató en su momento Ivry. 

Cuando los disparos cesaron, la HHA había destruido todas y cada una de las 19 baterías SAM; y lo había logrado en solo dos horas, y sin perder ni un avión. 




Aunque la HHA disponía de bombas guiadas por láser, Ivry comentó: "En esta operación, nosotros casi no las utilizamos pues eran demasiado lentas, y por otra parte, tras destruir los radares sirios y los sistemas de guía de los SAM's, pudimos volar con cierta libertad y acabar el trabajo utilizando solo bombas convencionales.

Puntuación: 87-a-0

Mientras tanto, los cazas sirios que se mantuvieron fuera de peligro cuando comenzaron los ataques israelíes a los sitios SAM's. "después de 20 minutos comenzaron a lanzar sus aviones de combate para intentar interceptarnos, o cuanto menos molestar nuestros ataques contra las baterías SAM", señaló Ivry en su relato. 




Llegó un momento en que gran parte de sus helicópteros, cazas de defensa aérea, aviones de ataque, y de guerra electrónica, se mezclaron con los nuestros en un frenético cuerpo a cuerpo aéreo masivo. 

La táctica de Ivry fue vectorizar los cazas israelíes en la zona de combate en formaciones de cuatro naves monitorizadas por los E-2 Hawkeye, ingresándolas a la zona de tiro de una en una. Cada batalla con los MiGs sirios duró apenas uno o dos minutos, e Ivry no quería mantener nunca mas de una formación de cuatro naves sobre la zona de batalla. "No importaba si de esa manera no lograría interceptar a todos los MiGs de cada una de las sucesivas oleadas", dijo, lo que quería es "estar seguro de que nuestras oleadas no iban a interceptar a alguno de los nuestros por error." 




Para los sirios, la batalla fue desesperanzadora, táctica y psicológicamente. El bloqueo selectivo de sus comunicaciones habían agotado las frecuencias para el control de sus MiG-21 y MiG-23, y quedaron privarlos del control terrestre. 

Ivry describe la falta de confianza de los pilotos de combate sirios que mientras eran lanzados y se acercaron al combate lo hacían en medio de una total confusión y sin demasiada idea de la ruta de intercepción que debían seguir. Cuando implementaban algo, las intercepciones que intentaban realizar los pilotos de MiG "no eran muy eficientes", en opinión de Ivry. 

"Por lo tanto, los atrapamos lentamente, uno por uno," recordó. 




En su puesto de mando Ivry escuchaba a sus pilotos derribando "a veces dos o tres de cada cuatro" aviones sirios. "Y cuanto más llegaban y caían, mayor era la falta de confianza de sus siguientes oleadas. Podíamos ver el efecto psicológico en las tácticas de aproximación que realizaban".

Psicológicamente, el estado de ánimo de los pilotos sirios estaba influenciado por el hecho de que sabían "que estaban perdiendo y perdiendo sus aviones a niveles pasmosos." comentaba Ivri, Y es que "una vez que empiezas a perder y perder, piensas: 'Bueno, yo se que voy a ser el próximo objetivo, y yo voy a ir allí? a que? Simplemente porque he sido ordenado a hacerlo?"

Los pilotos israelíes mantuvieron siempre el control de la situación en el cielo. "Solo puedo decir que, en menos de media hora, derribamos unos 26 MiGs", comentó posteriormente Ivry, que después de dos horas suspendió los ataques a los SAM's.

La cacería fue tan intensa, que al mediodía del viernes, cuando un alto el fuego entró en vigor, los pilotos de la HHA habían derribado 82 aviones sirios sin perder un solo avión en duelo aéreo. 

La limpieza de los SAM's en el Valle Bekaa despejó el camino a la HHA para dar pleno apoyo a las fuerzas terrestres israelíes. Posteriormente, la HHA también comenzó a anotarse blancos entre los tanques sirios utilizando helicópteros de ataque con misiles TOW y aviones de ataque con LGBs por láser. "Estamos atacando a una gran cantidad de sus tanques", dijo Ivry. "Por la noche hemos logrado en una operación de cacería de carros detener a una división blindada que venía desde el norte." 

Después de un importante enfrentamiento entre carros israelíes y sirios, esa misma noche la HHA utilizó a sus F-4s y A-4s para martillar a los formaciones acorazadas sirias con bombas Mk 82 y Mk 83 con kits de guiado láser.



Dos semanas más tarde, Ivry tuvo la oportunidad de poner a prueba el sistema de mando y control en tiempo real contra otro pequeño grupo de baterías SAM. Los sirios habían trasladado una nueva batería de SAM en el Líbano y un F-4 Phantom en misión de reconocimiento fue derribado sobre el Libano, pero no "atacado por un misil proveniente de Libano, sino de la propia Siria." 

Ivry ordenó un ataque inmediato y destruyó tres de las cuatro baterías. Un éxito basado mas que nada en el permanente seguimiento que se les hacia a las baterías móviles. 

"En cierto modo, era más bien una especie de caza", como lo describió Ivry. "Teníamos UAVs corriendo permanentemente detrás de ellas (las baterías SAM), y a veces las escondían en aldeas libanesas, lo que nos causaba gran frustración". Pero ésto no hizo que la HHA dejara de seguirlos.

Los UAVs no daban imagen de vídeo, lo que permitía a nuestros pilotos familiarizarse con el terreno, y a través de la experiencia que se iba acumulando, lográbamos asignar a cada piloto en el aire cualquier blanco que los UAVs nos proporcionaba, y en segundos.

"Esta fue la comunicación en tiempo real que nos había permitido ser tan eficientes", comentaba Ivry. "Por voz, podía hablar con todos mis pilotos desde mi puesto de mando. A veces hasta me sabía los nombres de los pilotos de cada formación", añadió, sobre todo cuando su hijo estaba volando. 

Un cambio en la forma de hacer la Guerra

A diferencia de las batallas aéreas desesperadas de octubre de 1973, las 46 horas de la guerra aérea sobre el Valle del Bekaa establecieron un nuevo estándar para las operaciones aéreas bien orquestadas, y se demostró así que los SAMs móviles, incluso los mas sofisticados, podían ser desarticulados con por ataques aéreos con eficiencia máxima, cuando los mismos estaban bien coordinados. 

"La capacidad de quebrantar las doctrinas soviéticas aplicadas a las baterías SAM's, tuvo un gran impacto estratégico a nivel global que impactó mucho mas allá de las fronteras de Medio Oriente", señaló Ivry. 

Los resultados desiguales conseguidos entre ambos contendientes, Israel y Siria, habían vuelto a poner al poderío aéreo bien orquestado de nuevo en el centro de la guerra moderna, y subrayó el alto impacto en el resultado de los combates aéreos cuando se domina la guerra electrónica, y la coordinación y planificación cuidadosa de os mismos.

Para Israel, la guerra aérea sobre el valle del Bekaa estableció un fuerte elemento de disuasión contra Siria, según Ivry. También ayudó a la HHA a recuperar el equilibrio dentro de las mismas fuerzas armadas de Israel tras las traumáticas perdidas de 1973.

Sin embargo, la guerra aérea sobre el valle de Bekaa también ayudó a impulsar una nueva estrategia en Medio Oriente en una nueva dirección. Los rivales potenciales de Israel comenzaron a buscar nuevas armas y opciones estratégicas debido a que ya tenían claro que desafiar a la HHA en los cielos se consideraba inútil. 

Ivry citó en su libro incluso las propias conclusiones extraídas por el mismo Ministerio de Defensa de Siria, que concluía que dado que el poderío aéreo israelí y la guerra electrónica habían ganado en forma aplastante la batalla en el Valle de Bekaa, la próxima guerra contra Israel debería ser una "guerra de superficie a superficie, menos enfocada en un enfrentamiento tierra-aire". Como dijo Ivry, "Fue entonces cuando cambiaron de estrategia y comenzaron a invertir enormes sumas en comprar miles de misiles Scud." En este punto Ivry se refería especialmente a Siria e Irak. 

En Moscú, las operaciones en el Valle del Bekaa dejaron a sus militares en una especie de shock. Los mejores sistemas de defensa aérea soviéticos habían sido derrotados, lo que causó un grave golpe a la imagen de su aparato industrial dedicado a la exportación de estos sistemas de defensa. 

En una visita a Checoslovaquia en 1991, Ivry se reunió con un general checo que había estado sirviendo en Moscú en 1982, el cual le comentó a que la guerra aérea del Bekaa hizo que los soviéticos comprendieran que la tecnología occidental había alcanzado en muchos aspectos un nivel superior al de ellos, y en opinión de ese general checo, el golpe a los SAMs sirios en el Bekaa fue parte indirecta de la cascada de eventos que condujeron a la caída de la Unión Soviética. 

El Valle del Bekaa también proporcionó al mundo una vista previa de las maravillas tecnológicas que llegarían a su cenit durante la Guerra del Golfo de 1991 con la aplastante destrucción de las defensas aéreas iraquíes por la Fuerza Aérea de los EE.UU.


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